Buenos dias
De nuevo el Profesor Roberto Centeno pone el dedo en la llaga y recuerda que este estado de cosas que llamamos crisis de valores, crisis de identidad, crisis económica y crisis estructural de la Nacion lejos de haber terminado solo es el estado intermedio entre el desastre y la desgracia mas absoluta, que los políticos siguen sin querer tocar la estructura del estado mientras roban a manos llenas en las mismas barbas de seis millones de parados y 15 de trabajadores expoliados , ciudadanos maltratados por un fisco arrasador que se ha cargado la clase media para beneficiar a la clase politica y le echa la culpa en gran medida a los propios españoles que se niegan a aceptar y hacer frente a sus responsabilidades como personas, como ciudadanos y como expoliados.
Aunque no estoy de acuerdo en todo su articulo, por ejemplo no menciona para nada al nefasto Adolfo Suarez, creador de todo el mal que afecta a España y muñidor de la repugnante constitucion que ha volado el estado de derecho y ha machacado la unidad nacional si lo estoy en los rasgos generales.
Lean y juzguen Vds
Recordaba el lunes pasado uno de mis lectores la demoledora, pero exacta, reflexión de don Miguel de Unamuno sobre los españoles, a quienes consideraba “un pueblo enseñado a huir de la verdad, a transigir con la injusticia y a soportar la opresión”.
Es la situación en la que estamos hoy. Los españoles prefieren la
esperanza ilusa a la verdad y aceptan que las élites corruptas estén por
encima de la ley y de los tribunales, donde solo excepcionalmente son
juzgados –para ser indultados si les condenan– y vota a los opresores
con una laxitud moral inaudita. Parecemos inclinados a elegir a aquellos
gobiernos que más nos pueden perjudicar. Aparte de los sucesivos y
lamentables mandatos de González, después del primero y del no menos lamentable segundo mandato de Aznar, la reelección de Zapatero en 2008 y la reciente victoria del Partido Popular en Galicia son una muestra clamorosa de ello.
Por ello, la pregunta del gran fondo de inversión ruso Renaissance en un reciente análisis sobre España –"¿Hasta cuándo los españoles van a poder aguantar una opresión y un grado de dolor como nunca antes se ha hecho con una sociedad?"– es absolutamente pertinente. Porque el expolio al que están sometidos los españoles hoy está muy lejos de haber terminado. Nos esperan nuevas reducciones salariales y de pensiones, nuevas elevaciones de impuestos y tasas, cierres de empresas y ERE en cadena y nuevas subidas de la electricidad, el gas o los servicios bancarios. Pero sobre todo nos espera el riesgo cierto de alcanzar el nivel inaudito de paro del 30% en no mucho tiempo.
Ante esta realidad, el primer fondo de inversión ruso se pregunta "cuándo tomará la gente las calles para exigir el cambio político". El pensamiento es cosa de uno, la acción es cosa de varios y la acción política cosa de muchos, así que lo que de verdad se están preguntando los rusos –que de esto saben algo– es a qué esperan los españoles para defender colectivamente sus libertades y sus derechos, y hacerlo patente ante el mundo. No sabemos cuándo se producirá el estallido social, pero hay una cosa clara: o la gente toma las calles para exigir el cambio político y la democracia formal con representación de los electores y separación de poderes o tardaremos cien años en recuperar nuestro nivel de vida moral y material.
La corrupción, pilar del Estado de partidos
“No cuadran las cuentas, hay que subir los impuestos”, decía Rajoy mientras defendía a muerte a su tesorero, que se llevaba los millones a Suiza como si fueran confeti y supuestamente repartía sobres cada mes a la cúpula del PP. “España nos roba”, decían Más y el clan de los Pujol mientras saqueaban Cataluña al más puro estilo siciliano. O los ERE falsos de Chaves y Griñán, el mayor caso conocido de saqueo a la clase obrera. O Rato y compañía. O el robo organizado de cajas y bancos. No queremos explicaciones porque ¿qué valor tiene ya la palabra de Rajoy? Queremos que nos devuelvan lo robado, que los encierren a todos y que tiren la llave. Eso es exactamente lo que queremos. Solo la devolución del dinero robado a ciudadanos y ahorradores que conocemos serviría para mantener las pensiones durante muchos años. Calculen lo que podría hacerse con el que no sabemos.
Unamuno consideraba a los españoles “un pueblo enseñado a huir de la verdad, a transigir con la injusticia y a soportar la opresión”Al Capone, Lucky Lucciano –el creador del crimen organizado– y Pablo Escobar –político, empresario y número uno de la droga– eran unos pardillos al lado de nuestra mafia política, que ha llevado a la miseria a la cuarta parte de la población y a más de la mitad de las familias –que teme perder el empleo y que ha perdido significativamente su nivel de vida– a la angustia permanente. Están aniquilando todas y cada una de las ventajas sociales de un país moderno, que costaron sudor y lágrimas a varias generaciones de españoles, para financiar su estructura mafiosa y clientelar. Y ni uno solo de ellos se encuentra aún en busca y captura.
Y ahora salta el escándalo de los sobres, no el único ni el más importante, pero potencialmente letal. Resulta aterrador porque ilustra cómo funciona esta mafia de conspiradores de opereta, con grado cero de pensamiento y un nivel de corrupción como jamás se había conocido. ¡Pero en manos de qué personajillos se encuentra el destino de España!
a) Rajoy entra a formar parte de la cúpula de Génova con Aznar como vicesecretario general (1990), secretario general (2003) y presidente del PP (2004). Es el único dirigente que permanece en la cúpula durante todas las etapas del partido.
b) Rajoy nombra a Cospedal secretaria general y a Bárcenas tesorero –o números dos y tres respectivamente– en 2008, en el Congreso de Valencia, un Congreso totalmente antidemocrático –“no lo acepto", diría Aguirre–. Varias de sus grandes estrellas serían imputadas poco después por corrupción.
c) Cospedal y Bárcenas chocan frontalmente. Dos ambiciones sin límite perfectamente incompatibles –Cospedal tiene desde el principio su propio equipo de prensa, distinto al de Rajoy y al del PP–. Bárcenas, ¡oh casualidad!, se ve imputado en el caso Gürtel y Cospedal ve el cielo abierto. Solo queda Rajoy. “Que cada uno aguante su vela”, afirma malévolamente la doña.
d) Aparece el asunto de los 22 millones en Suiza, y lo que se encuentre. Bárcenas, el recaudador, está indignado porque piensa, con toda razón, que el PP le ha dejado tirado. Si no investigan ni a Pujol ni a Mas ni a Lleida ni a Rato ni a los culpables del latrocinio de las cajas –entre ellos el marido de Cospedal– ni a nadie, ¿por qué a él sí? Y zas, en 48 horas aparece lo de los sobres. Que de probarse cierto –y Rajoy no lo ha negado– es su final político, entre otras razones porque será ejecutado dentro de su propio partido sin necesidad de que intervenga la espada de la justicia.
e) La cúpula del PP pone en marcha el ventilador y señala como “responsables” a Paco Cascos, el enemigo público número que salió de Génova en 1999 y al que no han vuelto a dejar entrar, y a Javier Arenas, a quien quieren liquidar desde el fiasco de Andalucía. Rajoy y Cospedal “ignoraban todo”.
O la gente toma las calles para exigir el cambio político o tardaremos cien años en recuperar nuestro nivel de vida moral y material
Un auténtico insulto a la inteligencia. En una organización política presidencial –en el PSOE es secretarial– fuertemente jerarquizada y en un edificio relativamente pequeño es metafísicamente imposible repartir sobres o chocolatinas sin que Rajoy, que casi nació allí, conozca todos los detalles. Pero lo que ya bate todos los records de la mendacidad y del esperpento han sido sus explicaciones: “Ayer tres secretarios generales que son personas honorables han dicho claramente que las cuentas del partido se ajustan a la legalidad y todos ellos cuentan con una trayectoria de honradez y ejemplaridad para todos nosotros”. Es decir, se ampara en la supuesta autoridad moral de otros, pero no en la propia. Es la actitud propia de un niño cogido en falta y que, asustado, se ampara en las faldas de su madre.
¡Dé la cara ya y haga frente a la realidad, señor Rajoy!
¿Acaso no fue también secretario general? ¿Por qué no tiene nada que decir como los otros secretarios generales? ¿Por qué no ha dicho nada en primera persona cuando es el que mejor conoce lo sucedido? ¿Desde cuándo el dinero negro aparece en la contabilidad oficial? Y el colmo de los colmos: desde Fraga, el tesorero ¡depende directamente del presidente, no del secretario general! Entonces ¿qué nos está contando Rajoy? Si en el PP alguien conoce la conducta y dirige las actuaciones del tesorero es él, antes y con mucho mayor detalle que el secretario general. ¿Por qué Cospedal hace afirmaciones de hechos que desconoce, ya que la función de tesorero no está bajo su control?
Rajoy está en plena huida. Ha perdido el norte, el sur, el este y el oeste. Pero es que además es un perfecto cobarde. Se escuda en los secretarios generales, cuando es –por su intimidad con Bárcenas y porque era su jefe– el que mejor sabe la verdad. Y no me refiero solo a los sobres, sino a de dónde salía el dinero, todo el dinero, el de los chorizos, el de Suiza y el que no sepamos. Y pone a Álvarez Cascos, al que hace 14 años que no dejan entrar en Génova, en el punto de mira. Señor Rajoy, ¿a que no tiene usted el coraje de dejarse de insinuaciones y acusar formalmente a Cascos? ¿No dice que no le temblará la mano? Pues a ver si es verdad y tiene la decencia de ir a por Cascos de frente y por derecho, como hacen los hombres, y no insinuando escondido detrás de las faldas de la señora Cospedal, que no parece que esté llorando de pena. En todo caso, esto abre una crisis institucional irreversible.
En cualquier otro país de Europa se habría producido la inmediata dimisión del Gobierno. Por ello, exigimos la inmediata apertura de un periodo de revisión y libertad para reformar la ley electoral, derogando el artículo de la Constitución que impone el criterio proporcional para permitir a los ciudadanos elegir a sus diputados sin que los partidos hagan lista alguna de candidatos. Sean listas cerradas o abiertas, eso es indiferente. Es vital que los diputados sean elegidos uninominalmente por mayoría en cada distrito electoral no superior a 100.000 habitantes. Esta primera medida por sí sola producirá el fin de la partitocracia y la eliminación del 50 % de las causas de la corrupción.
Es vital que los diputados sean elegidos uninominalmente por mayoría en cada distrito electoral no superior a 100.000 habitantesEl otro 50 % desaparecerá o se disolverá cuando una nueva Constitución separe el poder de gobernar respecto del poder de legislar. Es decir, cuando sean distintas las elecciones populares para ser miembros de la cámara legislativa o para ser jefe de Estado o presidente del Gobierno. Una vez separados los poderes políticos principales, el ejecutivo y el legislativo, quedará reducido a su verdadera dimensión –mucho menos importante– el llamado poder judicial, que paradójicamente aumentará su poder, como es el caso hoy, en la misma medida en que degenerarán los otros dos poderes del Estado. Su principal misión será la de garantizar la independencia de los tribunales.
Pero mientras no consigamos la libertad y la democracia expulsando de la vida pública a los que nunca tendrían que haber entrado en ella, les aconsejo que desde ya –y siempre que se encuentren con un político responsable– actúen como decía el insigne don Miguel de Unamuno (1): “¿Tropezáis con uno que miente? Gritadle a la cara: ¡Mentiroso! Tropezáis con uno que roba? Gritadle a la cara: ¡Ladrón! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías a quien oye la gente con la boca abierta? Gritadles a la cara: ¡Estúpidos!”. Si seguimos permitiendo este expolio, si seguimos permitiendo que nos gobiernen en todas las instituciones y administraciones unos mediocres y unos corruptos, los españoles no llegaremos nunca a tener el derecho a llamarnos ciudadanos.
Nota: Estas reflexiones para contribuir a la instauración y asentamiento de la democracia política en España han sido fruto de mi aprendizaje de la ciencia política en mis impagables conversaciones con mi maestro y amigo Antonio García Trevijano en Somosaguas.
De nuevo el Profesor Roberto Centeno pone el dedo en la llaga y recuerda que este estado de cosas que llamamos crisis de valores, crisis de identidad, crisis económica y crisis estructural de la Nacion lejos de haber terminado solo es el estado intermedio entre el desastre y la desgracia mas absoluta, que los políticos siguen sin querer tocar la estructura del estado mientras roban a manos llenas en las mismas barbas de seis millones de parados y 15 de trabajadores expoliados , ciudadanos maltratados por un fisco arrasador que se ha cargado la clase media para beneficiar a la clase politica y le echa la culpa en gran medida a los propios españoles que se niegan a aceptar y hacer frente a sus responsabilidades como personas, como ciudadanos y como expoliados.
Aunque no estoy de acuerdo en todo su articulo, por ejemplo no menciona para nada al nefasto Adolfo Suarez, creador de todo el mal que afecta a España y muñidor de la repugnante constitucion que ha volado el estado de derecho y ha machacado la unidad nacional si lo estoy en los rasgos generales.
Lean y juzguen Vds
Crisis institucional irreversible
Por ello, la pregunta del gran fondo de inversión ruso Renaissance en un reciente análisis sobre España –"¿Hasta cuándo los españoles van a poder aguantar una opresión y un grado de dolor como nunca antes se ha hecho con una sociedad?"– es absolutamente pertinente. Porque el expolio al que están sometidos los españoles hoy está muy lejos de haber terminado. Nos esperan nuevas reducciones salariales y de pensiones, nuevas elevaciones de impuestos y tasas, cierres de empresas y ERE en cadena y nuevas subidas de la electricidad, el gas o los servicios bancarios. Pero sobre todo nos espera el riesgo cierto de alcanzar el nivel inaudito de paro del 30% en no mucho tiempo.
Ante esta realidad, el primer fondo de inversión ruso se pregunta "cuándo tomará la gente las calles para exigir el cambio político". El pensamiento es cosa de uno, la acción es cosa de varios y la acción política cosa de muchos, así que lo que de verdad se están preguntando los rusos –que de esto saben algo– es a qué esperan los españoles para defender colectivamente sus libertades y sus derechos, y hacerlo patente ante el mundo. No sabemos cuándo se producirá el estallido social, pero hay una cosa clara: o la gente toma las calles para exigir el cambio político y la democracia formal con representación de los electores y separación de poderes o tardaremos cien años en recuperar nuestro nivel de vida moral y material.
La corrupción, pilar del Estado de partidos
“No cuadran las cuentas, hay que subir los impuestos”, decía Rajoy mientras defendía a muerte a su tesorero, que se llevaba los millones a Suiza como si fueran confeti y supuestamente repartía sobres cada mes a la cúpula del PP. “España nos roba”, decían Más y el clan de los Pujol mientras saqueaban Cataluña al más puro estilo siciliano. O los ERE falsos de Chaves y Griñán, el mayor caso conocido de saqueo a la clase obrera. O Rato y compañía. O el robo organizado de cajas y bancos. No queremos explicaciones porque ¿qué valor tiene ya la palabra de Rajoy? Queremos que nos devuelvan lo robado, que los encierren a todos y que tiren la llave. Eso es exactamente lo que queremos. Solo la devolución del dinero robado a ciudadanos y ahorradores que conocemos serviría para mantener las pensiones durante muchos años. Calculen lo que podría hacerse con el que no sabemos.
Unamuno consideraba a los españoles “un pueblo enseñado a huir de la verdad, a transigir con la injusticia y a soportar la opresión”Al Capone, Lucky Lucciano –el creador del crimen organizado– y Pablo Escobar –político, empresario y número uno de la droga– eran unos pardillos al lado de nuestra mafia política, que ha llevado a la miseria a la cuarta parte de la población y a más de la mitad de las familias –que teme perder el empleo y que ha perdido significativamente su nivel de vida– a la angustia permanente. Están aniquilando todas y cada una de las ventajas sociales de un país moderno, que costaron sudor y lágrimas a varias generaciones de españoles, para financiar su estructura mafiosa y clientelar. Y ni uno solo de ellos se encuentra aún en busca y captura.
Y ahora salta el escándalo de los sobres, no el único ni el más importante, pero potencialmente letal. Resulta aterrador porque ilustra cómo funciona esta mafia de conspiradores de opereta, con grado cero de pensamiento y un nivel de corrupción como jamás se había conocido. ¡Pero en manos de qué personajillos se encuentra el destino de España!
a) Rajoy entra a formar parte de la cúpula de Génova con Aznar como vicesecretario general (1990), secretario general (2003) y presidente del PP (2004). Es el único dirigente que permanece en la cúpula durante todas las etapas del partido.
b) Rajoy nombra a Cospedal secretaria general y a Bárcenas tesorero –o números dos y tres respectivamente– en 2008, en el Congreso de Valencia, un Congreso totalmente antidemocrático –“no lo acepto", diría Aguirre–. Varias de sus grandes estrellas serían imputadas poco después por corrupción.
c) Cospedal y Bárcenas chocan frontalmente. Dos ambiciones sin límite perfectamente incompatibles –Cospedal tiene desde el principio su propio equipo de prensa, distinto al de Rajoy y al del PP–. Bárcenas, ¡oh casualidad!, se ve imputado en el caso Gürtel y Cospedal ve el cielo abierto. Solo queda Rajoy. “Que cada uno aguante su vela”, afirma malévolamente la doña.
d) Aparece el asunto de los 22 millones en Suiza, y lo que se encuentre. Bárcenas, el recaudador, está indignado porque piensa, con toda razón, que el PP le ha dejado tirado. Si no investigan ni a Pujol ni a Mas ni a Lleida ni a Rato ni a los culpables del latrocinio de las cajas –entre ellos el marido de Cospedal– ni a nadie, ¿por qué a él sí? Y zas, en 48 horas aparece lo de los sobres. Que de probarse cierto –y Rajoy no lo ha negado– es su final político, entre otras razones porque será ejecutado dentro de su propio partido sin necesidad de que intervenga la espada de la justicia.
e) La cúpula del PP pone en marcha el ventilador y señala como “responsables” a Paco Cascos, el enemigo público número que salió de Génova en 1999 y al que no han vuelto a dejar entrar, y a Javier Arenas, a quien quieren liquidar desde el fiasco de Andalucía. Rajoy y Cospedal “ignoraban todo”.
O la gente toma las calles para exigir el cambio político o tardaremos cien años en recuperar nuestro nivel de vida moral y material
Un auténtico insulto a la inteligencia. En una organización política presidencial –en el PSOE es secretarial– fuertemente jerarquizada y en un edificio relativamente pequeño es metafísicamente imposible repartir sobres o chocolatinas sin que Rajoy, que casi nació allí, conozca todos los detalles. Pero lo que ya bate todos los records de la mendacidad y del esperpento han sido sus explicaciones: “Ayer tres secretarios generales que son personas honorables han dicho claramente que las cuentas del partido se ajustan a la legalidad y todos ellos cuentan con una trayectoria de honradez y ejemplaridad para todos nosotros”. Es decir, se ampara en la supuesta autoridad moral de otros, pero no en la propia. Es la actitud propia de un niño cogido en falta y que, asustado, se ampara en las faldas de su madre.
¡Dé la cara ya y haga frente a la realidad, señor Rajoy!
¿Acaso no fue también secretario general? ¿Por qué no tiene nada que decir como los otros secretarios generales? ¿Por qué no ha dicho nada en primera persona cuando es el que mejor conoce lo sucedido? ¿Desde cuándo el dinero negro aparece en la contabilidad oficial? Y el colmo de los colmos: desde Fraga, el tesorero ¡depende directamente del presidente, no del secretario general! Entonces ¿qué nos está contando Rajoy? Si en el PP alguien conoce la conducta y dirige las actuaciones del tesorero es él, antes y con mucho mayor detalle que el secretario general. ¿Por qué Cospedal hace afirmaciones de hechos que desconoce, ya que la función de tesorero no está bajo su control?
Rajoy está en plena huida. Ha perdido el norte, el sur, el este y el oeste. Pero es que además es un perfecto cobarde. Se escuda en los secretarios generales, cuando es –por su intimidad con Bárcenas y porque era su jefe– el que mejor sabe la verdad. Y no me refiero solo a los sobres, sino a de dónde salía el dinero, todo el dinero, el de los chorizos, el de Suiza y el que no sepamos. Y pone a Álvarez Cascos, al que hace 14 años que no dejan entrar en Génova, en el punto de mira. Señor Rajoy, ¿a que no tiene usted el coraje de dejarse de insinuaciones y acusar formalmente a Cascos? ¿No dice que no le temblará la mano? Pues a ver si es verdad y tiene la decencia de ir a por Cascos de frente y por derecho, como hacen los hombres, y no insinuando escondido detrás de las faldas de la señora Cospedal, que no parece que esté llorando de pena. En todo caso, esto abre una crisis institucional irreversible.
En cualquier otro país de Europa se habría producido la inmediata dimisión del Gobierno. Por ello, exigimos la inmediata apertura de un periodo de revisión y libertad para reformar la ley electoral, derogando el artículo de la Constitución que impone el criterio proporcional para permitir a los ciudadanos elegir a sus diputados sin que los partidos hagan lista alguna de candidatos. Sean listas cerradas o abiertas, eso es indiferente. Es vital que los diputados sean elegidos uninominalmente por mayoría en cada distrito electoral no superior a 100.000 habitantes. Esta primera medida por sí sola producirá el fin de la partitocracia y la eliminación del 50 % de las causas de la corrupción.
Es vital que los diputados sean elegidos uninominalmente por mayoría en cada distrito electoral no superior a 100.000 habitantesEl otro 50 % desaparecerá o se disolverá cuando una nueva Constitución separe el poder de gobernar respecto del poder de legislar. Es decir, cuando sean distintas las elecciones populares para ser miembros de la cámara legislativa o para ser jefe de Estado o presidente del Gobierno. Una vez separados los poderes políticos principales, el ejecutivo y el legislativo, quedará reducido a su verdadera dimensión –mucho menos importante– el llamado poder judicial, que paradójicamente aumentará su poder, como es el caso hoy, en la misma medida en que degenerarán los otros dos poderes del Estado. Su principal misión será la de garantizar la independencia de los tribunales.
Pero mientras no consigamos la libertad y la democracia expulsando de la vida pública a los que nunca tendrían que haber entrado en ella, les aconsejo que desde ya –y siempre que se encuentren con un político responsable– actúen como decía el insigne don Miguel de Unamuno (1): “¿Tropezáis con uno que miente? Gritadle a la cara: ¡Mentiroso! Tropezáis con uno que roba? Gritadle a la cara: ¡Ladrón! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías a quien oye la gente con la boca abierta? Gritadles a la cara: ¡Estúpidos!”. Si seguimos permitiendo este expolio, si seguimos permitiendo que nos gobiernen en todas las instituciones y administraciones unos mediocres y unos corruptos, los españoles no llegaremos nunca a tener el derecho a llamarnos ciudadanos.
Nota: Estas reflexiones para contribuir a la instauración y asentamiento de la democracia política en España han sido fruto de mi aprendizaje de la ciencia política en mis impagables conversaciones con mi maestro y amigo Antonio García Trevijano en Somosaguas.
Excelente, me he permitido reproducir en twitter algunos fragmentos. Uno de llos es de Unamuno: “un pueblo enseñado a huir de la verdad, a transigir con la injusticia y a soportar la opresión”, una verdad desgarradora e implacable, pero verdad, para desgracia nuestra.
ResponderEliminarEfectivamente, un pueblo que no mira de frente sus problemas y busca soluciones esta condenado.
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