Buenos días
Madrid capital de
España se ha vuelto un lugar poco simpático de visitar, un lugar inhóspito
donde vivir y un sitio en el que cualquiera que por algún motivo se sienta
enfadado con algo o con alguien pueda desahogar su malestar manifestándose y haciéndoles
la vida imposible tanto a los turistas como a los madrileños.
Cada día un montón
de personas se dedican con verdadera pasión a reventar el centro de la Capital
de España con reivindicaciones más o menos chuscas, pero que entorpecen la vida
ciudadana y hacen perder clientela a los españoles que mantienen contra viento,
marea y Montoro sus depauperados comercios.
Cada día alguien
con un megáfono, unas cuantas banderitas republicanas, rojas , sindicales o
regionales dan el rollo a los madrileños exasperándolos por completo, estos
manifestantes de esto o aquello cortan el trafico, cierran la Puerta del Sol al
tráfico, ya sea rodado ya humano y dejan sus sucias huellas por todas partes.
Los madrileños deberían
cobrar un canon por recibir a tan alegres compatriotas, los madrileños deberían,
en vez de pagar impuestos, recibir dinero por aguantar este desastre, esta
incalificable invasión que no deja vivir a nadie que la padezca, las
manifestaciones en Madrid son sencillamente una lacra.
No hablo ya de
las manifestaciones que terminan con destrozo de mobiliario, con pedradas y
cantazos diversos, con incendios, robos y violencia, hablo simplemente de esas
manifas en las que cuatro tios se reúnen alrededor de una banderita roja y tras
soltar las chorradas de siempre se dedican a cortar el tráfico y a empeorar la
ya de por si mala vida capitalina.
Madrid se ha
convertido en una ciudad insufrible, además de los manifestantes hay que
agregar los ciclistas, los monopatinadores y todo aquel que subido a algún artilugio
con ruedas decide que las normas, leyes y educación es cosa de los demás, que
considera que las calles peatonales son suyas, que las aceras son suyas y que
los semáforos o paso de cebra son para los coches, no para ellos.
Con total
despreocupación y falta de vergüenza estos sujetos que tras subirse a una
bicicleta pierden la poca educación con la que salieron por la puerta de su
domicilio se dedican a pedalear a toda velocidad intentando asustar a todo
aquel que va por la acera sin meterse con nadie, con total falta de criterio
los ciclistas madrileños han saltado las aceras y las calles peatonales y atropellan, insultan y zarandean a los
peatones, Madrid es un caos donde el que más desvergüenza tiene triunfa.
He visitado una
nueva calle llamada Calle 30 y el descontrol es llamativo, fulanos enfundados
en maillots de colorines que pretenden emular a los conquistadores del Tour se
dedican a entrenarse en lo que supuestamente es un paseo en el que las personas
mayores pueden pasear con sus nietos, los niños pasear sus perritos y los demás
darse un garbeo.
No son ciclistas
que pasean dándose un paseíto en bici, hay auténticos terroristas en bicicleta, tios grandotes que se pasan por
el forro de su desvergüenza los códigos y las normas que se supone existen en
Madrid sobre la circulación de bicicletas y monopatines o patines y van por las
calles de Madrid, lo de la Calle 30 es especialmente llamativo, a toda pastilla
sin preocuparse ni poco ni mucho de los demás.
Según veo, los
que deberían llevar casco a la hora de salir a pasear por Madrid deberían ser
los viandantes y no los ciclistas, porque ellos son los que sufren las
agresiones de estos desconsiderados bergantes que encima que atropellan a los demás,
los insultan por no estar atentos a su paso.
Madrid, que antaño fue una ciudad de la que los
españoles se sentían orgullosos, se ha convertido, por mor de una democracia
mal entendida, por una falta total de educación, por una desidia increíble de
los poderes públicos en un sitio francamente desagradable.
A los madrileños deberían
pagarles por vivir en Madrid