La laica y antihistorica coronacion de Felipe VI

Buenos días

De nuevo la política destroza una ceremonia que debería ser de júbilo, los políticos españoles se cargan la ceremonia de Coronación del nuevo Rey  negándole el protocolo, el boato y la magnificencia que un hecho de tal calibre deberia tener, la coronación de un Rey de una de las naciones más antiguas de la Tierra, del Rey de España.

Los políticos del PP han decidido hacer una coronación triste, casi esperpéntica, en la que no tengan cabida el recuerdo histórico de la Monarquía española y de la Casa de Borbón, en el que no se permite ni siquiera un guiño a tradición monárquica que da sustento a la Corona española.

La Coronación de Felipe VI, o como quieran llamarla es un insulto a los españoles porque es un intento de los políticos para dejar constancia de que el Rey NO es Rey porque la historia, la tradición y los derechos heredados así lo refrendan, sino porque ellos, sabios demócratas, así lo han establecido, el mensaje es claro, la Monarquía, como la Unidad Nacional, como los símbolos que sustentan a ambas existen no porque la historia así lo haya configurado, sino porque la Constitución que ellos, los sabios padres de la paternalista democracia avanzada española   asi lo han decidido, por tanto la ceremonia de entronización del nuevo Monarca debe seguir las pautas que ellos impongan, al margen del protocolo que  por exigencias históricas y de orgullo nacional debería ser de obligado cumplimiento.

Lo primero que hacen los políticos es terminar con la tradición católica de los Reyes de España, Reyes conocidos desde hace siglos como Reyes Católicos, en esta coronación se prohíbe el acto de Acción de Gracias que desde hace siglos se hacía tras la Coronación del nuevo Monarca, con misa cantada incluida.

La segunda medida que han adoptado los políticos  es la de minimizar la Coronación hasta dejarla, protocolariamente, en los huesos, una firma delante de los que, graciosamente, le dan el visto bueno para que sea Rey, un paseíto por Madrid y a casa, quizá entre medias el Regimiento Inmemorial del Rey le haga los honores correspondientes en la Puerta del “palacio de la soberanía nacional” Las Cortes y poco mas, a tal acto de inculta barbarie es posible que ni asista el Rey saliente, el abdicado Juan Carlos I, dejando de esta manera de manifiesto que SM el Rey Felipe VI le debe la Corona a los políticos y su Constitución, no a la historia, la tradición y el derecho ancestral español. 

Los políticos no desean tener por la zona a otras Casas Reales que con su asistencia minimizarían a los catetos que vestidos como vendedores de todo a 100 pretenden monopolizar la entronización, no desean de ninguna manera que las Casas Reinantes Europeas y Árabes refrenden y apoyen  con su presencia al nuevo Rey, al nuevo Rey, los políticos españoles lo desean pobre, contrito y en sus manos.

La Coronación de Felipe VI no es una Coronación normal, su Augusto Padre sigue vivo, no ha fallecido, simplemente se ha hartado y ha abdicado y hasta este hecho, que debería ser un acto de voluntad y soberanía del Rey se ha trasformado en un galimatías en la que los políticos, totalitarios ellos donde los hayan, han decidido que ellos y solo ellos pueden decir si SM El Rey abdica o deja de abdicar, que ellos graciosamente mandan hasta en la voluntad del Rey y sus actos mas íntimos, uno de los cuales, el Mayor quizá de todos ellos, sea la abdicación.

La Coronación del nuevo Monarca sigue  pautas laicas y si nos ponemos a pensar, masónicas, en ella la erradicación de la Monarquía tradicional es un hecho definitivo, la puesta en escena de la Coronación no es más que un traspaso de poderes que igual podía haberse hecho en el Ministerio de relaciones con las Cortes o en el Tribunal Constitucional.

Lo único que va a recordar que el Principe Felipe, que en este extraño acto democrático-laico-masónico se convierte en Rey por la gracia de los políticos será la Corona Real y el Cetro de Carlos III, Corona a la que, al ser un tesoro del patrimonio, no han podido manipular para arrancarle de lo alto la Cruz, símbolo perenne al que los reyes de España encomendaban su Reinado Naciente.

Y toda esta manipulación, este espurio acto de negación de la tradición de siglos no lo está haciendo la “izquierda laicista” la beligerante y anticatólica izquierda española, no lo está haciendo el socialismo anticlerical y republicano, en absoluto, lo está haciendo una supuesta derecha que encima y para mayor pasmo, tiene mayoría absoluta en las Cortes, el senado y en la casi totalidad de las comunidades autónomas.

Y los españoles, sin decir ni mu, los españoles que con su voto mantienen a esta nefasta formación política en el poder y que en su mayoría son católicos, monárquicos y de derechas callan y otorgan.

Este acto de felonía histórica lo está llevando a cabo la derecha española, la entronización laica y masónica del nuevo Monarca es un triunfo del laicismo, del ateísmo y de los enemigos de España y tradición y así pasara  a dicha historia.

Quizá esta ridicula forma de Coronar al Rey de España sea el acto final de una Monarquía que al perder sus esencias, ha perdido el derecho a Reinar en España