Buenos días
Los españoles no
han reparado en un problema creado en la UE y en la ONU y firmado en Marruecos que
afectara directamente a la estructura social y política de España, destruyendo
su entramado que vincula a un ciudadano con su patria y con su tierra y con su idioma,
sus costumbres y su cultura.
España es un país
anhelado por el islam, que considera la tierra de María Santísima tierra de
Mahoma arrebatada a los mahometanos por lo infieles cristianos en la
reconquista, que se llama así precisamente porque durante 800 años los españoles
pelearon de forma continua y discontinua por echar hacia África a los que
proviniendo de aquel continente pervirtieron la España cristiana hasta hacerla
a golpe de cimitarra en musulmana.
Los musulmanes
pretenden sustituir a los españoles por musulmanes y echar a los que no se adapten al código del
islam, es un grito cantado por todos los zocos y mezquitas que a lo ancho y
largo del mundo cantan las alabanzas a Ala.
Este articulo que
vengo a reproducir en este su blog nos recuerda que en Marruecos se ha dado un
nuevo paso para destruir Europa e islamizar España, añadiendo a los derechos fundamentales
de las personas el derecho a entrar a saco en Europa , el derecho a apoyar a los que los traen y el
derecho a alimentar y cuidar al recién llegado hasta que se instale y busque la
manera se subvertir el orden social establecido .
https://generaldavila.com/2018/12/13/un-pacto-global-para-la-migracion-meliton-cardona-embajador-de-espana/
El pacto se estructura en torno a 23 grandes objetivos, algunos genéricos pero también concretos, como medidas contra la trata y el tráfico de personas, para evitar la separación de las familias, utilizar la detención de migrantes sólo como última opción o reconocer el derecho de los migrantes irregulares a recibir salud y educación en sus países de destino. Los Estados se comprometen también a mejorar su cooperación a la hora de salvar vidas de migrantes durante sus viajes con misiones de búsqueda y rescate, garantizando que no se perseguirá legalmente a quien les dé apoyo de carácter “exclusivamente humanitario”. Otro disparate que choca con el sentido común y con la legislación interna de países solventes.El acuerdo dice no ser vinculante y dejar claro que cada Estado es soberano para determinar sus propias políticas en este ámbito, pero la Organización Internacional de las Migraciones lo ha calificado de “histórico”, algo que ha confirmado el presidente de la Asamblea General, el portugués António Guterres.
La adhesión al Pacto ha desencadenado un debate muy controvertido en muchos países, aunque en el nuestro apenas ha llamado la atención, lo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que somos campeones del mundo del buenismo en la materia y así nos va desde que este Gobierno irresponsable quiso apuntarse un tanto con el Aquarius. EE.UU., Hungría, Austria, Australia, Bulgaria, Chequia, Estonia, Polonia e Israel lo han rechazado de plano y no han asistido a la cumbre de Marrakesh, básicamente para tratar de proteger sus intereses nacionales, pero también porque el documento no distingue suficientemente entre migración “regular” e “irregular”, temiendo que el documento acabe convirtiéndose en parte del derecho consuetudinario internacional y consiga limitar, por tanto, la soberanía nacional en cuestiones de migración. En Alemania, el pacto migratorio ha sido objeto de controversia durante semanas. También los Gobiernos de Croacia, Eslovenia e Italia lo han criticado. Por su parte, el nuevo gobierno brasileño ha anunciado que se retirará del Pacto el mes próximo.
Desde el punto de vista del derecho internacional, el Convenio de Viena sobre el Derecho de Tratados, en su artículo 2.1.a) establece que “se entiende por tratado un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular”. El hecho de que un tratado -llámese pacto, acuerdo, convenio etc.- establezca que no es jurídicamente vinculante no le exime de comportar las consecuencias jurídicas que recoge dicho Convenio, en particular la de su artículo 26 que consagra el principio “pacta bunt servanda” en virtud del cual “todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe.” Por tanto, han hecho bien los países que han rehusado firmar el de Marrakesh, siquiera porque más vale prevenir que curar.
Melitón Cardona. Embajador de España
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