Ayer, ante mi
sorpresa vi a Rajoy en Tele5 .
Increíble, le hacían una entrevista en directo, apañada y todo lo que Vd quiera, pero en
directo, nada de plasma, nada de alejamiento reverencial, en directo y por
derecho.
Lo de menos es la
sarta de embustes que soltó, oyéndole uno diría que estaba en el mejor de los
mundos mientras afirmaba que él personalmente es imprescindible para España y
para los españoles, lo increíble es que estaba dando la entrevista esta de
marras.
En ese momento
supe que las encuestas que maneja el PP le da un batacazo gordo para las próximas
elecciones y que ese era el motivo por el que esta buena pieza bajaba del
Olimpo de departir con el vulgo.
Mirando su cara y
su actitud supe que el PP está con el agua al cuello y que ese era el motivo
por el que Rajoy, saltándose a esa banda de inútiles que tiene a su alrededor,
se decidía a entrar a la muleta.
Rajoy no es muy
dado a desgastarse en entrevistas y apariciones televisivas, le tiene horror a
su propia imagen según confesión personal y algo tiene que andar muy mal para
que sea él el que dé la cara en vez de tuercebotas de turno, hasta se atrevió anegar
con aplomo que supiera algo de la caja B de la que da datos Barcenas, que ni él
ni nadie de su partido supiera nada de esa contabilidad, me llamo la atención que
hasta mencionara por su apellido a su ex amigo Barcenas, el que generalmente
utiliza eufemismos y circunloquios
cuando se refiere a algo que pretende eludir.
Parece como si el
repaso que Syriza ha dado en Grecia hubiera sido un Tsunami que tras llegar a
Madrid le hubiera mojado el trasero a Rajoy , este se ha puesto en marcha para
intentar reparar los rotos que su desacertada y risible campaña de imagen ha
provocado en la gente, una campaña en que unos ti@s con cara de bien comidos y
bien dormidos debatían sobre los guapos que son y lo bien que lo hacen aunque a
veces se equivoquen o la Rajoy yendo de
puerta en puerta dando las gracias porque los españoles no se han sublevado
ante el expolio al que los ha sometido Montoro.
La próxima campaña
electoral va a ser el termómetro que dará la temperatura del calentamiento
global alrededor de la jefatura de Rajoy, si los candidatos del PP vences, sean
estos cuales sean, que esa es otra, a día de hoy Rajoy no se decide a poner de
cabeza de lista por Madrid a Esperanza Aguirre porque esta va por libre y se ríe
en sus narices de sus formas políticas y sus actitudes personales, eso si, con
delicada suficiencia británica, repito si vencen tendremos Rajoy para rato, si
los españoles les dan un revolcón, cosa que en puridad se han buscado a pulso haciéndolo
todo rematadamente mal, Rajoy será cuestionado y las dentelladas de sus
segundas serán mortales, en cuanto vean la sangre de Rajoy los que van a perder
sus cargos se lo cargan a mordiscos.
La campaña que
ayer inicio Rajoy en tele5 es ardua y difícil, Rajoy tiene que borrar como sea
los tres años de inoperancia política, de connivencia con el psoe en cuestiones
claves como la lucha proterrorista, la ley del aborto, el poder judicial y
tantas marrullerías hechas para un mejor control del poder político sobre la
sociedad que cándidamente se creyó sus falacias y le voto mayoritariamente,
recibiendo a cambio a Montoro y de segundo plato una hermosa patada en la boca.
Los posibles
votantes del PP, entre los que podía haber estado yo, ya que he votado PP en múltiples
ocasione , están más que hartos de este tipo que les ha mentido en la cara y
que encima ahora, que de nuevo los necesita para conseguir con su voto permanecer
en Moncloa, se lo pide con una enorme cara dura, diciéndoles eso de que “es muy fácil criticar desde la oposición,
pero que lo difícil es gobernar bien, como si su partido jamás hubiera
utilizado la insidia y la crítica contra el contrario y lo que da más enfado,
como si él lo estuviera haciendo magníficamente bien.
Ayer en Tele 5 vi
una nueva forma de hacer política del PP contraría absolutamente a todas las
utilizadas hasta ahora.
También supe que
si el PP se lleva un buen descalabro en las municipales y las autonómicas este tío se larga sin decir ni adiós.
No está dispuesto
a ser pisoteado ni por los españoles ni por su partido, es demasiado soberbio,
de manera que si le atizan, se va.
Quizá sea esto lo
mejor que le puede suceder a los españoles.
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